Hay alternativas
viables a los recortes
La Confederación Intersindical se opuso en
su momento a la reforma pactada entre los CCOO y UGT y el gobierno,
posteriormente validada por el Parlamento. Dicha reforma supone de hecho una
reducción de las pensiones además de una prolongación de la edad de jubilación.
No hay más que echar un vistazo al
panorama laboral para darnos cuenta de las personas que tendrán, a los 67 años,
más de 38 de cotización, que sería lo que permitiría obtener la máxima pensión
correspondiente a su base de cotización.
Pero no basta, para ellos no es
suficiente. Ahora exigen un nuevo cambio que presentan como inevitable. Con su
maestría para retorcer el lenguaje nos dicen que la reforma se hace para garantizar
las pensiones, que supuestamente están en peligro. De paso deslizan la idea de
que sería conveniente la suscripción de un plan privado de pensiones. Para
justificar todo ello acuden a los “expertos”, que curiosamente tienen en su
mayoría intereses en el sector asegurador.
Hablan de sostenibilidad del sistema, de
ligar la cuantía de la pensión a la esperanza de vida, de finiquitar la
cláusula que asocia la subida de las pensiones al coste de la vida.
En resumen: pensiones más tardías (más
allá de los 67), con más años de cotización (más allá de los 38), más reducidas
y disminuyendo progresivamente en función de la esperanza de vida. Eso sí, nos
ofrecen la posibilidad de completar con un plan de pensiones privado, es decir,
de reducir nuestro salario actual en aras de conseguir una pensión digna en el
futuro...; y ellos, a través de las aseguradoras y los bancos, gestionarán
nuestros ahorros con los que especularán: si ganan, bien para ellos y restos
para nosotros; si pierden, perdemos nosotros.
El discurso forma parte de la misma
mentira neoliberal, es evidente que las pensiones forman parte de un sistema solidario
según el cual las generaciones que trabajan contribuyen con una parte de sus
rentas para que las generaciones que ya no pueden hacerlo reciban una pensión digna.
Por tanto se han de tener en cuenta tanto los ingresos como los gastos. De
forma interesada sólo se habla del previsible aumento de los gastos pero nada
de los ingresos, ¿por qué?. La respuesta es simple, para aumentar los ingresos es
necesaria una reforma fiscal que reduzca los impuestos a DIGNAS PENSIONES
PÚBLICAS
No a la reforma
de las pensiones
La Confederacion Intersindical rechaza la
nueva reforma de las pensiones quienes realmente los pagamos y los aumente y
obligue a pagarlos a quienes no los pagan, un aumento de las cotizaciones
sociales que está ligado a la cuantía de los salarios, y desde luego un aumento
de los niveles de empleo.
Ningún sistema de pensiones es viable en
un contexto de desempleo, salarios bajos, precariedad y pobreza. Esta es la
cuestión, la reforma de las pensiones no es ajena a la reforma laboral que
destaca entre sus logros su capacidad para destruir empleo, precarizarlo y
reducir los salarios. Tampoco lo es a los recortes en servicios básicos como
educación, sanidad y dependencia, ni tampoco a la manifestación más cruel de la
ofensiva neoliberal el drama de los desahucios, la exclusión social y la
pobreza.
Nada es fruto de la casualidad, la
situación actual no es fruto de una crisis imprevisible, ni de que hayamos
vivido por encima de nuestras posibilidades. Es una crisis provocada con el
único objeto de acabar con un modelo social fruto de siglos de luchas y
conquistas sociales, servicios públicos universales, pensiones, derechos
sociales, negociación colectiva deben ser eliminados en beneficio de una minoría
insaciable que domina todos los poderes, tanto económico como político.
Ellos lo tienen claro, los recursos son
limitados y los quieren todos, en los últimos años el diferencial de riqueza no
ha hecho más que aumentar a favor de una minoría cada vez más reducida y en
contra de una amplia mayoría. El cuento de que hay una oportunidad para
cualquiera que la merezca es falso, y si hay dudas ahí está la política de becas.
Sólo si la mayoría estamos convencidos de que hay una alternativa y construimos
un espacio de lucha colectiva que supere la resistencia podremos frenar una
dinámica que nos devuelve a una sociedad que creíamos superada.
Las alternativas no pasan por pactos de
Estado para someterse a los dictados de la Unión Europea, ni pactos sociales
que certifiquen la política devastadora del gobierno, la patronal y la banca a
cambio de una velocidad más lenta en un camino sin retorno al abismo. Las
alternativas pasan por la movilización y la construcción de un frente capaz de
transformar las aspiraciones de la mayoría en un giro radical de la política social.
Las negociación colectiva, los servicios públicos universales y las pensiones
públicas deben ser bastiones innegociables.
CONFEDERACIÓN INTERSINDICAL
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