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martes, 14 de enero de 2014

CONCENTRACIÓN CONTRA LA REPRESIÓN EN GAMONAL


Gamonal y las esencias de la España capitalista: Empresarios, políticos y medios contra el pueblo que resiste


Vecinos y vecinas de Gamonal salen a las calles a impedir que el gobierno del PP, en compadreo con un empresario condenado por corrupción urbanística en el pasado, pasen por encima de la voluntad del pueblo. Gamonal resiste y su caso no es aislado: es ejemplo de lo ocurre en todo el estado.
Detrás de la obra que el pueblo quiere parar en el barrio burgalés de Gamonal hay un empresario que fue condenado a 7 años de cárcel por delitos urbanísticos y sobornos en compadreo con un anterior gobierno del PP. El alcalde de entonces también fue condenado. El empresario solo pasó en la cárcel 9 meses de esos 9 años, luego salió en tercer grado y nunca más volvió a prisión. Al alcalde lo indultó Aznar, Presidente de la Comunidad de Castilla y León cuando sucedieron los hechos delictivos, y amigo íntimo, a su vez, del empresario en cuestión.
Todo ello no impidió que el empresario siguiera haciendo negocios con la administración pública, como muestra este nuevo ejemplo de especulación urbanística, de nuevo en compadreo con un gobierno del PP. El empresario, no contento con sobornar políticos, entendió en algún momento que hay algo tan importante como eso: sobornar a la opinión pública, vía manipulación informativa y deformación de la realidad al servicio de los intereses económicos de los que sobornan a políticos y de los mismos políticos que se dejan sobornar.
Dicho empresario es actualmente dueño del periódico más leído de la provincia de Burgos, "Diario de Burgos", a través del cual controla a la opinión pública sobre temas locales. Así como también es copropietario, junto a otro empresario cercano al PP vinculado a la trama Gurtel, de la Televisión autonómica de Castilla y León. Ahora su periódico es utilizado para acusar de violentos a los vecinos que protestan y parta presentar las movilizaciones contra la obra adjudicada al empresario como un "chantaje". Su televisión lo mismo.
En resumen, en la misma ciudad en la que se cierran guarderías por no gastar unos pocos miles de euros, se quiere gastar 8 millones de euros en hacer una obra que el pueblo rechaza y que solo beneficiará al bolsillo de quienes se encarguen de hacerla (más comisionistas de todo tipo, claro). Todo ello acorde a un entramado de relaciones más que sospechosas entre el gobierno local y empresarios corruptores y/o corruptos. Y con los medios capitalistas ocultando el escándalo y criminalizando la protesta social y la resistencia de un pueblo que se niega a ponerse de rodillas ante los designios del poder corrupto establecido.
No dirán, en definitiva, que no es un resumen casi perfecto de cómo funciona la política en el estado español, a todos los niveles. Empresarios corruptos que compran voluntades de políticos capitalistas que se dejan comprar, una justicia y un estado de derecho que mima a estos delincuentes como parte del poder establecido que son, y al servicio del cual se hacen las leyes, de cuya corrupción intrínseca se alimenta todo el sistema.
Medios de comunicación que engañan, calumnian y manipulan al servicio de estos mismos intereses, por la simple razón de que son propiedad de los mismos empresarios que salen directamente beneficiados de todo este estado de hechos, de este orden establecido y de este funcionar cotidiano de la vida política y económica en el estado español.
Y, por supuesto, que al final es de lo que trata todo en realidad, millones de euros de dinero público puestos al servicio de intereses privados, mientras al pueblo se le recortan los servicios públicos. El dinero público que se roba a los servicios sociales acabando en los bolsillos de un empresario "amigo".
Pero los malos, ya sabemos, son los que salen a las calles a protestar, que bien son cercanos a ETA, bien son de comandos violentos intinerantes, según nos afirman ya desde el Ministerio del Interior y varios de sus medios afines habituales.
El empresario, en cambio, debe ser un benefactor social y un filántropo, el que le ha concedido la obra, contra la voluntad de todo un barrio,  un hombre bueno y decente que solo quiere lo mejor para su ciudad, y la policía que va a reprimir al pueblo al servicio de esos dos primeros, claro, la ley y el orden: lo que debemos respetar para que no nos llamen delincuentes y/o terroristas los mismos delincuentes que controlan medios de comunicación y gobiernos al servicio de sus intereses económicos y en contra de los intereses de la mayoría.
Pero esta vez Gamonal ha dicho NO.
Un Gamonal en cada ciudad, en cada pueblo, en cada barrio, eso es lo que necesitamos. 

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